La iluminación LED ofrece numerosas ventajas más allá del ahorro económico que también es importante.
Al ser una fuente de calor menor, proporcionar una luz uniforme y con posibilidad de regular para adaptar a diferentes usos, así como la opción de los tonos y tipos de color, hacen que sean una gran opción.
Debemos ser conscientes que la inversión inicial es alta. Por eso, una forma aconsejable de cambiar la iluminación de casa por iluminación LED es ir haciéndolo gradualmente, empezando por las habitaciones que más tiempo ocupamos y según se vayan fundiendo o necesiten cambiarse el resto de luces.
Si se eligen bien, las bombillas LED permiten conseguir una iluminación de calidad equivalente a la de una bombilla incandescente o a la de un foco halógeno, pero con la gran diferencia de que se necesita una mucha menos potencia para lograr el mismo resultado.
Si se sustituyen los focos halógenos por otros equivalentes en tecnología LED, el consumo de energía eléctrica disminuiría considerablemente.